martes, 29 de abril de 2008

"Gracias sean dadas a Dios, dador de todo bien"

Mis queridos amigos:
El Señor ha estado grande con nosotros y estamos muy alegres. Más de 3200 personas nos congregábamos en la Catedral de Sevilla el día 27 de abril, en torno a nuestro pastor don Carlos Amigo, para celebrar la primera Asamblea Inspectorial de María Auxiliadora en esta nueva etapa en la que las asociaciones de Andalucía, Canarias y Extremadura han unido esfuerzos, voluntades y caminos. Ha sido un acontecimiento relevante y extraordinario que quedará grabado en la historia de nuestra familia con un día grande en el que hemos podido expresar con valentía y audacia una devoción recia y filial a la Madre de Jesús.
Gracias sean dadas a Dios, dador de todo bien porque continúa haciendo maravillas en medio de su pueblo. Porque nos ha regalado a María, Madre de la Iglesia y auxilio de los cristianos como un precioso tesoro.
Gracias sean dadas a Dios porque su mano providente y la acción materna de María han estado palpablemente presentes en la historia de nuestra familia desde que a un pequeño campesino, pobre e ignorante, le fue dada una Maestra.
Gracias sean dadas a Dios porque no ha cesado de conducir nuestro camino y no nos ha faltado nunca el cariño materno y tierno de la Madre: aquella que se paseaba por los prados de I Becchi, por los patios de Valdocco y que ha continuado haciéndolo en todas las casas salesianas del mundo acogiendo bajo su manto a los niños y jóvenes que en ellas se abren a la vida y crecen como personas, como ciudadanos libres y como cristianos responsables y comprometidos.
En la casa de Don Bosco aprendimos a llamarla “Auxiliadora” y su presencia es siempre consuelo cuando rendidos a sus plantas ponemos ante su mirada de Madre nuestros anhelos y dificultades, nuestras dolores y esperanzas. Ella siempre susurró a Don Bosco que “un pedazo de cielo lo arregla todo” y así lo hemos experimentado tantas veces.
Gracias sean dadas al Padre por la madre de su Hijo, porque ha sido ternura para todos los jóvenes que no han experimentado nunca el cariño de una madre y continua siendo caricia para todos los que, en el margen de la historia, están excluidos del banquete.
Ella continúa intercediendo por nosotros, por la Iglesia, por la Familia Salesiana, por los jóvenes… para que Dios siga multiplicando unos pocos panes y unas cuantas castañas y pueda seguir habiendo fiesta para todos, y justicia, y futuro.
María Auxiliadora nos precede en este tiempo como estrella de la mañana invitándonos a ser “centinelas del amanecer” en la nueva evangelización.
Gracias sean dadas a Dios, dador de todo bien, porque ha estado grande con nosotros y estamos alegres. María Auxiliadora, la Virgen de Don Bosco, seguirá derramando siempre las bendiciones de Dios sobre nosotros, sobre la gente sencilla, sobre la gente del pueblo y sobre los jóvenes, especialmente los más pobres.
Con un abrazo grande y mi cariño sincero para todas las Asociaciones de María Auxiliadora con ocasión de la I Magna Asamblea Inspectorial en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla el 27 de abril de 2008, un sueño largamente acariciado y profecía de comunión hecha realidad.
Buena semana. Vuestro amigo,
José Miguel Núñez